Desde Primerared, sabemos que el factor humano es básico en cualquier clínica dental, y gran parte de nuestro éxito se lo deberemos a él. El personal es el activo más valioso del que dispone la clínica.
Los tratamientos clínicos sólo suponen una parte del servicio que oferta la clínica. El paciente acude al dentista en busca de asistencia dental, que es el atributo principal del consultorio. Pero este atributo está acompañado de otros atributos que llamamos «secundarios» y que son los que marcarán la diferencia entre una clínica y otra. El personal es el responsable de los atributos secundarios más importantes, como la comunicación y la amabilidad.
También te puede interesar leer:
“Como descubrirle a tu paciente la necesidad de tratamiento“
Antes de que el dentista conozca a su paciente y pueda actuar, su paciente habrá oído hablar de la clínica. Habrá pedido hora, la recepcionista habrá interpretado sus problemas o deseos y le habrá concertado una cita. Habrá sido recibido en la clínica y se le habrán tomado los datos. Habrá esperado en la sala de espera, habrá sido conducido al gabinete y habrá sido acomodado en el sillón por la auxiliar.
En cada uno de estos pasos, la comunicación con el paciente no dependerá del dentista, sino de su personal auxiliar. Para cuando el dentista conozca por fin al paciente, el paciente sabrá mucho más de él de lo que él sabe de su paciente. El paciente se habrá hecho una idea, por otra parte bastante exacta, de su organización, de su pulcritud, y asumirá que estas apreciaciones se reflejarán sin duda en sus tratamientos.
También te puede interesar leer:
Cuando el dentista finaliza el tratamiento y se despide del paciente, continúa la labor del resto del equipo de salud bucodental (cobrar, dar nueva cita, preguntar como está, emitir la factura…).
Es fundamental que el paciente salga de la consulta satisfecho y con una sensación agradable, y a ello contribuyen muy especialmente las últimas personas que están en contacto con el paciente: auxiliares y recepcionistas. El trabajo dentro de una clínica dental no es ni sencillo ni fácil, y además es un error pensar que cualquier persona es válida para desempeñar las funciones de recepcionista o auxiliar.