¿Qué nos obliga al cambio dentro de una clínica?
La pregunta de qué factores obligan al cambio dentro de una clínica dental es muy concreta y muchas veces no se sabe qué responder. Cuando se reflexiona y se siente que se necesita ayuda no es negativo, la tendencia es de lo más natural. Lo que cuesta es reconocer que hace falta “algo”, se suele determinar “cambios”. De por sí el cambio supone un esfuerzo extra y es aquí donde el miedo nos paraliza anclando en la zona de confort el potencial apagado.
Se busca, en definitiva, un nuevo rumbo de la consulta. Los motivos son muy personales y suelen ser comunes:
«Sigo haciendo lo mismo que hace 20 años… Ahora el trabajo ha bajado mucho… El paciente cuestiona el plan de tratamiento propuesto… Siento que lo tengo casi que convencer…»
«Pienso que podemos hacerlo mejor, trabajar más organizados… Tengo dudas en tomar ciertas decisiones…»
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La intuición en este sentido no es mala guía. Si algo preocupa es que no están las cosas donde realmente queremos. ¿Qué queremos cambiar? y ¿Qué queremos conseguir con esos cambios? Tener un objetivo claro y asesorarse en este sentido es clave para descartar escenarios inciertos y puede que erróneos.
El coaching dental, el marketing dental, el mentoring, el liderazgo o cualquier otra herramienta de gestión para equipos de trabajo, empresas etc. puede parecer a priori que a todos les suena conceptualmente. Sin embargo, cada cual tiene una interpretación muy distinta de lo que cada término significa para sí. Del mismo modo ocurre con las empresas que prestan este tipo de servicios, que se trabaja muy distinto, cada una con su know house personalizado, pues las empresas siguen estando formadas por personas.
En clínica se puede decir lo mismo: no existen dos clínicas iguales. No tienen necesidades lineales, siguen estando formadas por personas, con ideas propias, opiniones y tipos de liderazgo en uso hacia a los equipos clínicos de manera diferente.
Buscar una consultoría dental que ofrezca asesoramiento especializado para seguir profesionalizando la consulta y definir estrategias internas y externas es una de las mejores opciones. De este modo, se irá definiendo qué tipo de clínica se desea ser, ver qué referente tenemos cerca que nos guste y en función de la situación, los escenarios y la aplicación real del referente en los procesos de clínica, implementar sin que el “miedo” nos paralice.
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Crear reuniones y sinergias con los equipos aplicando escucha activa, no digo que atendamos la “carta de los reyes magos”, simplemente oir al personal para que luego esa información compartida en reuniones faciliten la toma de decisiones.
Tener un rumbo claro, el cambio es un proceso, no se debe eternizar, por el contrario se debe consolidar, no hay tarea fácil, la norma es que lo que funcione no se cambie.
La ilusión es un gran motor, el conocimiento la gasolina y la práctica en el circuito dará el rodaje necesario, para que el equipo esté preparado en la gran carrera que existe en el día a día.